En concreto, comenzará a aplicarse contra los regímenes de Siria e Irán.
El presidente Barack Obama autorizó, por decreto y por primera vez, sanciones contra los extranjeros que usen tecnologías avanzadas para la vigilancia de disidentes y violaciones graves de los derechos humanos.
La decisión, anunciada en un discurso en el Museo del Holocausto, responde al uso que han hecho algunos Gobiernos autoritarios de las tecnologías de vigilancia, rastreo, localización e identificación, en la telefonía celular y en internet para reprimir a los grupos opositores.
En concreto, comenzará a aplicarse contra los regímenes de Siria e Irán.
Inmediatamente tras el anuncio, el Departamento del Tesoro impuso sanciones contra seis compañías o agencias de ambos Gobiernos, incluida la congelación de bienes que puedan tener en territorio estadounidense.
"La misma tecnología de posicionamiento satelital (GPS por su sigla en inglés), telefonía móvil e internet que han empleado los activistas en el Oriente Medio y el Norte de África está siendo usada contra ellos por los regímenes en Siria e Irán", dijo Obama.
"Impedir las atrocidades masivas y el genocidio es un interés de seguridad nacional básico y una responsabilidad moral básica de Estados Unidos", subrayó el presidente.
Ello, precisó, no quiere decir que Washington vaya a intervenir militarmente en cada conflicto, pero sí que "poseemos muchas herramientas, diplomáticas, políticas, económicas y de inteligencia, y nuestra persuasión moral. Usando estas herramientas durante los últimos tres años, creo y sé que hemos salvado un número incontable de vidas", agregó.
Bajo el decreto presidencial, el Gobierno estadounidense impondrá sanciones, incluida la prohibición de visados y restricciones en las operaciones financieras a entidades e individuos de Siria e Irán.
Obama dijo que ha pedido que, por primera vez, la Previsión Nacional de Inteligencia -una evaluación que por consenso elaboran todas las agencias de inteligencia de EE.UU.- sopese las posibilidades de matanzas en países de todo el mundo y sus implicaciones para los intereses estadounidenses.
El presidente anunció que su Gobierno ofrecerá estímulos para que las compañías de tecnología compitan en el desarrollo de nuevos medios que ayuden a los residentes en países donde puedan ocurrir esas matanzas, detecten y alerten rápidamente sobre los peligros inminentes.
Una nueva entidad gubernamental, el Comité de Prevención de Atrocidades -cuyo establecimiento se anunció el pasado agosto-, servirá para la recepción y evaluación de la información y la toma de decisiones acerca de las matanzas, añadió Obama.
Antes de su discurso, Obama recorrió el museo, durante una media hora, acompañado por el escritor y premio Nobel de la Paz Elie Wiesel. Ambos concurrieron al Salón de la Memoria, donde encendieron velas e hicieron una pausa en silencio conmemorando a los millones de víctimas de las matanzas cometidas por los nazis.
El presidente colocó su vela en la sección del salón designada por el campo de concentración de Buchenwald. Su tío-abuelo formó parte de las tropas estadounidenses que liberaron ese campo al final de la Segunda guerra Mundial.
En concreto, comenzará a aplicarse contra los regímenes de Siria e Irán.
El presidente Barack Obama autorizó, por decreto y por primera vez, sanciones contra los extranjeros que usen tecnologías avanzadas para la vigilancia de disidentes y violaciones graves de los derechos humanos.
La decisión, anunciada en un discurso en el Museo del Holocausto, responde al uso que han hecho algunos Gobiernos autoritarios de las tecnologías de vigilancia, rastreo, localización e identificación, en la telefonía celular y en internet para reprimir a los grupos opositores.
En concreto, comenzará a aplicarse contra los regímenes de Siria e Irán.
Inmediatamente tras el anuncio, el Departamento del Tesoro impuso sanciones contra seis compañías o agencias de ambos Gobiernos, incluida la congelación de bienes que puedan tener en territorio estadounidense.
"La misma tecnología de posicionamiento satelital (GPS por su sigla en inglés), telefonía móvil e internet que han empleado los activistas en el Oriente Medio y el Norte de África está siendo usada contra ellos por los regímenes en Siria e Irán", dijo Obama.
"Impedir las atrocidades masivas y el genocidio es un interés de seguridad nacional básico y una responsabilidad moral básica de Estados Unidos", subrayó el presidente.
Ello, precisó, no quiere decir que Washington vaya a intervenir militarmente en cada conflicto, pero sí que "poseemos muchas herramientas, diplomáticas, políticas, económicas y de inteligencia, y nuestra persuasión moral.
Usando estas herramientas durante los últimos tres años, creo y sé que hemos salvado un número incontable de vidas", agregó.
Bajo el decreto presidencial, el Gobierno estadounidense impondrá sanciones, incluida la prohibición de visados y restricciones en las operaciones financieras a entidades e individuos de Siria e Irán.
Obama dijo que ha pedido que, por primera vez, la Previsión Nacional de Inteligencia -una evaluación que por consenso elaboran todas las agencias de inteligencia de EE.UU.- sopese las posibilidades de matanzas en países de todo el mundo y sus implicaciones para los intereses estadounidenses.
El presidente anunció que su Gobierno ofrecerá estímulos para que las compañías de tecnología compitan en el desarrollo de nuevos medios que ayuden a los residentes en países donde puedan ocurrir esas matanzas, detecten y alerten rápidamente sobre los peligros inminentes.
Una nueva entidad gubernamental, el Comité de Prevención de Atrocidades -cuyo establecimiento se anunció el pasado agosto-, servirá para la recepción y evaluación de la información y la toma de decisiones acerca de las matanzas, añadió Obama.
Antes de su discurso, Obama recorrió el museo, durante una media hora, acompañado por el escritor y premio Nobel de la Paz Elie Wiesel. Ambos concurrieron al Salón de la Memoria, donde encendieron velas e hicieron una pausa en silencio conmemorando a los millones de víctimas de las matanzas cometidas por los nazis.
El presidente colocó su vela en la sección del salón designada por el campo de concentración de Buchenwald. Su tío-abuelo formó parte de las tropas estadounidenses que liberaron ese campo al final de la Segunda guerra Mundial.