¿Debería implementar un Sistema de Gestión de la Calidad?

La calidad ha sido vista a lo largo del tiempo como la disciplina que viene a efectuar cambios en la organización y adicionar actividades, que a la vista de muchos son innecesarias, generando un aumento en las tareas a realizar y por supuesto en los tiempos de procesamiento en todo tipo de empresa, sin importar el sector al que pertenezca.

Por lo cual es muy común que surja la pregunta infaltable por parte de la Dirección de una organización; ¿Debería implementar un Sistema de Gestión de la Calidad?

La respuesta puede variar de acuerdo a las perspectivas que posee la Alta Dirección, y ésta puede repercutir enormemente en el funcionamiento de dicho sistema. Debido a que la decisión no afectará a solo una parte de la organización; si no a toda.

Cuando un Sistema de Gestión de la Calidad (De ahora en adelante S.G.C) es impuesto por la Alta Dirección a sus colaboradores, no obtendrá una buena acogida, encontrándose más barreras de entrada de las esperadas. Sin embargo si dicha decisión es tomada estratégicamente y socializada de forma correcta, estos aceptaran el S.G.C y se sentirán a gusto con él; apoyando a la Alta Dirección en las decisiones tomadas.

Es muy común que en los diferentes niveles de la organización se sienta temor, ya que dentro de las percepciones que se poseen es que la entrada en vigencia del S.G.C será una evaluación del desempeño para cada uno de ellos; y que por dicho motivo serán penalizados o despedidos. Es este estigma uno de los que se debe borrar en la socialización y lograr el compromiso de los colaboradores.

Pero a largo plazo el costo de la calidad y los efectos que genera le traen grandes beneficios a las organizaciones, ya que un S.G.C ayuda a que la mejora continua le brinde grandes experiencias al cliente; tanto que éste va a querer seguir sosteniendo la relación comercial con la empresa y hasta recomendará sus servicios a los conocidos.

Otro punto a tener en cuenta es que los costos de la No Calidad generalmente son elevados debido a los tiempos utilizados en el reproceso y reprogramación del equipo de trabajo. Y esto es lo que se busca eliminar, para generar una mayor efectividad en los procesos.

La decisión finalmente será tomada basándose en  un criterio organizacional y siempre se encontrará enfocada al costo – beneficio de implementar el S.G.C, ya que hacerlo, no significa necesariamente certificarse, lo cual es una creencia que también debe desmitificarse.

El implementar el S.G.C a largo plazo le dará a la organización un nuevo aire, para seguir adelante y posicionarse en el mercado. Ya que este se elige de acuerdo a la actividad y al que más se ajuste a las necesidades de aseguramiento de la calidad.

Vale la pena arriesgarse y vivir la aventura de la calidad, sin temores y sin miedos. Pues esta aventura te llevará a tener clientes fieles.

“Calidad significa hacer lo correcto cuando nadie está mirando” Henry Ford.