Siempre hemos visto el liderazgo como el conjunto de capacidades que una persona tiene para influir en la mente de los demás y de tomar la iniciativa, gestionar, convocar, promover, incentivar y motivar para el logro de metas y objetivos y, según la nueva visión del liderazgo como el responsable de colaborar en la construcción de organizaciones y espacios de aprendizaje que permitan que la gente se expanda constantemente y desarrolle aptitudes para comprender las interrelaciones del sistema.
Es importante en todo momento contar con líderes a nuestro alrededor, pero sobre todo comportarnos como líderes en todos los ámbitos de nuestras vidas, ya que en todo momento hay una meta u objetivo que cumplir ya sea a nivel personal, de familia o empresarial.
En el momento estamos viviendo en mundo de cambios constantes y cada vez más rápidos, por ello debemos adoptar una posición de liderazgo para hacer frente a ellos.
Para poder destacarnos como líderes en un ambiente social primero debemos asumir un liderazgo personal, el cual implica, en primer lugar, creer en sí mismos y convencernos que somos líderes; además, tener automotivación, metas claras y una adecuada inteligencia emocional. Todos como hombres nacimos para ser líderes: es nuestra naturaleza; pero eso no significa que nacimos líderes. Significa que nacimos con todos los talentos, capacidades y atributos necesarios para desarrollar el liderazgo y con un deseo muy íntimo de dirigir, de construir y de superar los problemas de la vida, pero muchas circunstancias a lo largo de nuestras vidas pueden opacar esta naturaleza y por lo tanto debemos realizar y afianzar el aprendizaje cada día para destacarnos como líderes.
A nivel familiar la convivencia crea un ámbito de relaciones afectivas que por sus características demanda el ejercicio de liderazgo de cada uno de sus miembros, pero esta convivencia requiere que los padres o tutores ejerzan de manera más activa un papel de líder para orientar a los hijos y demás miembros de la familia por el camino adecuado, por lo tanto es en la familia que necesitamos adoptar un mayor liderazgo y formar futuros líderes.
A nivel empresarial es necesario contar con líderes, en la dirección, capaces de adaptarse a los cambios que nos traen la globalización y la competitividad; para mantener la compañía en el mercado, además, el líder también tiene la difícil tarea de crear un equipo de trabajo ameno y velar por mantener un clima organizacional adecuado, para lo cual debe mantener a su equipo motivado y trabajar por una visión conjunta.
Peter Senge presenta una aproximación a la teoría de las organizaciones abiertas al aprendizaje, desarrollando los conceptos de construcción de visiones compartidas, el crecimiento/dominio personal y el pensamiento sistémico. Básicamente, enfoca su análisis hacia la descentralización del papel del liderazgo dentro de las empresas, de tal manera que se aproveche al máximo el talento de la gente para trabajar productivamente hacia la consecución de objetivos comunes.
La gente con un alto nivel de dominio personal vive en un continuo modo de aprendizaje; el dominio personal no es algo que se posee, es un proceso. Es una disciplina para toda la vida.
El dominio personal no es más que la disciplina de aclarar y ahondar continuamente en nuestra visión personal, concentrar las energías, desarrollar paciencia y ver la realidad cada vez con mayor precisión. Comienza por aclarar las cosas que de veras nos interesan, para poner nuestra vida al servicio de nuestras mayores aspiraciones.
El dominio personal fomenta la motivación personal para aprender continuamente cómo nuestras acciones afectan nuestro mundo.
En el planteamiento sobre las organizaciones Senge afirma que se debe comprender la organización como un organismo vivo, donde cada órgano es necesario para el correcto funcionamiento del cuerpo total. Un sistema, donde se observa la interrelación e interdependencia de las partes.
Las organizaciones tienen que trabajar como una familia. Siempre teniendo en claro quiénes son y cuál es su propósito; por lo tanto el éxito del liderazgo está garantizado sólo en aquellos gerentes que tengan la capacidad de dirigir y orientar a la organización para que sea vista por sus integrantes como una comunidad humana.
Senge explica que la creación de espacios sociales en las empresas constituye una de las claves para la innovación. Es en estos espacios donde es posible alcanzar el balance entre la dimensión tecnológica y social de las personas. En los espacios sociales las personas tienen oportunidad de comportarse como seres humanos y dar rienda suelta a la creatividad.
La creación de todo espacio social también afianza el trabajo en equipo logrando equipos que estén alineados y que desarrollen la capacidad para crear los resultados planificados. Si los equipos aprenden, hay aprendizaje organizacional, porque se convierten en un microcosmos para aprender a través de la organización y llevarlo a la práctica. Los equipos deben trabajar en una Visión Compartida.
La gente sigue a gente que cree en algo y tiene la capacidad de alcanzar resultados al servicio de esas creencias.
De todo el planteamiento anterior se puede concluir que a pesar que las personas nacemos para ser líderes, el ser líder es una habilidad que se adquiere y que debemos mejorar cada día.
Si tomamos la frase que ser líder es una “Decisión Personal” al tomar esta decisión estamos también tomando la decisión de ser mejores cada día, guiar a otros y servirles de ejemplo; en este sentido esta decisión influye también en la creación de nuevos líderes o en la perdida de esta habilidad en algunos, así pues, es que si tomamos esta decisión debemos hacerlo con gran responsabilidad y seriedad.
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