Keith Ferrazy escribe para la revista HBR, que es la escasez de información para explicar el contexto en el que transcurre esa comunicación lo que nos desorienta. Por ejemplo, en una reunión de todos los empleados la jerarquía se observa en función de los sitios en los que cada uno se sienta, sin embargo, en una conferencia, este dato de gran interés no se puede notar a no ser que se esté allí presente.
Para solucionar esto Ferrazzi nos facilita tres formas distintas para proporcionar señales a través de internet y los correos electrónicos:
1. Hablar el mismo lenguaje, incluso si son culturalmente iguales, ya que siempre puede haber diversidad en sus patrones a la hora de hablar. Una opción es intentar conocer a esa persona y escucharlo para usar ese contexto en ocasiones posteriores.
2. Dar más señales al receptor, si se considera que no es demasiado obvio.
3. Responder rápidamente, aunque sea para decir que se contestará más tarde, ya que el emisor puede pensar que hay falta de interés en esa relación.